El Comienzo de un Proyecto
La historia de una familia de emprendedores.
Rendirse, Jamás.
No es fácil para una emprendedora describir brevemente su historia, cuando han pasado años para poder lograr alcanzar su sueño convertido en realidad.
Carecer de formación provoca impedimentos para armar, proyectar y expresar un proyecto.
Trabajé de muy joven, y me dio muy buenos resultados económicos. Cuando todos descansaban yo buscaba más trabajo, así fue que a los 16 años uno de mis más lindo trabajos fue en una fábrica de alfajores.
Ser curiosa y observadora, sin darme cuenta, me serviría en el futuro. Muchos años después el destino me haría fabricar mis propios Alfajores.
Los años pasaron. Me fue muy bien, me fue muy mal, intenté varios proyectos. Muchas horas de desvelo, pero, por una razón u otra fueron fracasando. Necesitaba capacitarme, aun contra el tiempo, mi perseverancia e insistencia de sacar adelante a mi familia no me dejaba dormir, mi pedido a Dios tampoco. No se bajar los brazos, tenía que seguir y ahí hice valer mis recuerdos: mis 16 años en aquella fábrica de alfajores.
Mi sueño cada día se fortaleció más, y así comenzó mi proyecto, con ayuda de autoridades de Santa Cruz, y con personas que por una u otra razón se fueron quedando en el camino. Logré darme cuenta que lo que buscaba afuera estaba dentro de mi hogar, y eran mis mejores socios…mis hijos.
Así comenzamos sin saber todo lo que nos iba acontecer, nuestros ingresos eran muy limitados (un solo ingreso, el de mi esposo, y no estable) pero no fue motivo de freno. Es ahí cuando se comienza una economía ajustada, cada mes fuimos compramos algo: el diseño; las cajas; fabricamos nuestras bolsas ecológicas; bandejas; materia prima, etc. En esos tiempos las zapatillas llegaban hasta el último paso, y si no se recurría a las alpargatas, comidas económicas, y nos privamos de todo extra.
Logre que todos los integrantes de la familia comprendieran que era para salir adelante y que se necesitaba hacer el sacrificio entre todos, así comenzamos la fabricación en casa.
El “boca en boca” dio comienzo a nuestras primeras ventas. Vimos que era necesario capacitarnos y lograr un producto acorde a nuestro lugar, elaboramos variedad de masas con galletas de diferentes gustos, según sus rellenos y sus baños.
Todo nos hizo ver que era necesario buscar un lugar de ventas, ¿cómo? si nuestros recursos eran muy bajos… y se nos ocurrió una mini cabañita movible, dé 3 x 3 mts. Era suficiente para vender nuestros alfajores. Conseguimos alquilar un espacio para instalarla y después habilitarla. Pasaron unos añitos, ¡pero nunca nos rendimos…y así fue pasando el tiempo y un día vimos un cartel más al centro…se alquila!!! y dimos un paso muy importante.
Hoy con orgullo, y siempre por el camino de la honestidad seguimos y seguiremos en nuestro trabajo afrontando nuevas situaciones en nuestro emprendimiento.
Hay mucho trabajo por delante, lo bueno es que ya estamos mejor. Después de mucho sacrificio estamos más organizados. Incorporamos más herramientas de trabajo, ¡y logramos estar presentes en el mercado Calafateño!
No fue fácil pero cuando se quiere se puede
¡Gracias a mi familia! Belén, Nahuel mis hijos y a mi esposo Héctor